El empresario de música latina Antonio ``Tony'' Moreno fue un hombre grande: 6 pies y 6 pulgadas, con una corpulencia y un vozarrón acordes con su tamaño.
Y también tuvo estatura de empresario, pues respaldó numerosos éxitos musicales durante sus cuatro décadas a la cabeza de algunas de las más importantes marcas independientes de música latina.
Pero Tony Moreno alcanzó aun más renombre por ser el mejor amigo de todo el mundo, el gigante de la a veces asfixiada industria de la música latina.
Moreno murió el domingo, de cáncer del hígado, en el Hospital de la Universidad de Miami. Nacido el 19 de octubre de 1944 en La Habana, Cuba, tenía 66 años.
``No hay una sola persona en el mundo de la música que tuviera algo malo que decir de Tony'', dijo Juan Hidalgo, director de J&N Records, una firma de Miami que fue la competidora principal de Moreno cuando éste dirigía su propia empresa de grabaciones, MP.
Las dos firmas se fundieron hace cinco años, pero incluso antes de eso, Hidalgo recuerda que su competidor principal le permitió en una ocasión utilizar una larga lista de sus grabaciones de salsa para una compilación navideña.
``Aquí está ese hombre que es mi competidor, y me dice: `Toma lo que te haga falta'. Eso no se encuentra. Cada vez que le pedía algo, me ayudaba''. Moreno se inició en el negocio de la música a los 22 años, barriendo pisos y abriendo paquetes en Velvet Records, en Hialeah Gardens. Pero avanzó rápidamente, dirigiendo las destacadas empresas independientes TH Records y Sonotone Records, antes de lanzar MP (Musical Productions).
Entre los muchos artistas con los que trabajó, estuvieron Oscar D'León, José Luis Rodríguez ``El Puma'', Lalo Rodríguez, Eddie Santiago, Tito Rojas, Puerto Rican Power, Willie Rosario y el reguetonero Big Boy.
Y se anotó un éxito extracultural con Diamond Girl, de Nice 'n Wild.
Moreno era reconocido de inmediato en cualquier evento de música latina, respetado por su oído para identificar las canciones de éxito, y querido por su disposición para escuchar y para dar consejos.
``Era la persona a la que uno podía llamar si tenía un problema'', dijo Hidalgo.
El hijo de Moreno, Jorge Moreno, cantante y compositor que ganó un Grammy Latino al Mejor Artista Nuevo en el 2002, creció tocando en el mundo musical predigital de su padre, radicado en una calle de Hialeah Gardens llena de marcas y de almacenes de música.
Se acuerda de cómo jugaba a los escondidos, y de las grabaciones en discos de vinilo, y de los empleados que empalmaban las cintas con grabaciones maestras.
El padre y el hijo discutían sobre música, y el mayor de los Moreno criticaba el gusto de su hijo por el hip-hop, el punk y la música alternativa.
Pero la música también los unió.
``Nunca pude tener una conversación con él que no tuviera que ver con el negocio de la música'', dijo Jorge Moreno. ``Podíamos empezar hablando de pizzas, y terminábamos hablando de algún artista que él había tenido, y que fue patrocinado por Pizza Hut''.
``Tomó con gran pasión el trabajo de su vida, y nunca se dio por vencido en el negocio de la música''.
Y también tuvo estatura de empresario, pues respaldó numerosos éxitos musicales durante sus cuatro décadas a la cabeza de algunas de las más importantes marcas independientes de música latina.
Pero Tony Moreno alcanzó aun más renombre por ser el mejor amigo de todo el mundo, el gigante de la a veces asfixiada industria de la música latina.
Moreno murió el domingo, de cáncer del hígado, en el Hospital de la Universidad de Miami. Nacido el 19 de octubre de 1944 en La Habana, Cuba, tenía 66 años.
``No hay una sola persona en el mundo de la música que tuviera algo malo que decir de Tony'', dijo Juan Hidalgo, director de J&N Records, una firma de Miami que fue la competidora principal de Moreno cuando éste dirigía su propia empresa de grabaciones, MP.
Las dos firmas se fundieron hace cinco años, pero incluso antes de eso, Hidalgo recuerda que su competidor principal le permitió en una ocasión utilizar una larga lista de sus grabaciones de salsa para una compilación navideña.
``Aquí está ese hombre que es mi competidor, y me dice: `Toma lo que te haga falta'. Eso no se encuentra. Cada vez que le pedía algo, me ayudaba''. Moreno se inició en el negocio de la música a los 22 años, barriendo pisos y abriendo paquetes en Velvet Records, en Hialeah Gardens. Pero avanzó rápidamente, dirigiendo las destacadas empresas independientes TH Records y Sonotone Records, antes de lanzar MP (Musical Productions).
Entre los muchos artistas con los que trabajó, estuvieron Oscar D'León, José Luis Rodríguez ``El Puma'', Lalo Rodríguez, Eddie Santiago, Tito Rojas, Puerto Rican Power, Willie Rosario y el reguetonero Big Boy.
Y se anotó un éxito extracultural con Diamond Girl, de Nice 'n Wild.
Moreno era reconocido de inmediato en cualquier evento de música latina, respetado por su oído para identificar las canciones de éxito, y querido por su disposición para escuchar y para dar consejos.
``Era la persona a la que uno podía llamar si tenía un problema'', dijo Hidalgo.
El hijo de Moreno, Jorge Moreno, cantante y compositor que ganó un Grammy Latino al Mejor Artista Nuevo en el 2002, creció tocando en el mundo musical predigital de su padre, radicado en una calle de Hialeah Gardens llena de marcas y de almacenes de música.
Se acuerda de cómo jugaba a los escondidos, y de las grabaciones en discos de vinilo, y de los empleados que empalmaban las cintas con grabaciones maestras.
El padre y el hijo discutían sobre música, y el mayor de los Moreno criticaba el gusto de su hijo por el hip-hop, el punk y la música alternativa.
Pero la música también los unió.
``Nunca pude tener una conversación con él que no tuviera que ver con el negocio de la música'', dijo Jorge Moreno. ``Podíamos empezar hablando de pizzas, y terminábamos hablando de algún artista que él había tenido, y que fue patrocinado por Pizza Hut''.
``Tomó con gran pasión el trabajo de su vida, y nunca se dio por vencido en el negocio de la música''.
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